En la última década, la palabra “mindfulness” ha inundado la sociedad. Oímos hablar sobre mindfulness en clases de yoga, en talleres de meditación, en investigaciones neurocientíficas y en incontables artículos periodísticos. Quizá, incluso, has leído artículos de psicólogos y psiquiatras narrando los beneficios del mindfulness sobre nuestro bienestar emocional, niveles de estrés y salud general. Pero, ¿qué es exactamente el mindfulness?
Mindfulness se puede traducir como “conciencia plena” o “atención plena”, y es a su vez una traducción de la palabra “sati” en pali. La definimos como “prestar atención deliberadamente al momento presente, sin juzgarlo”, siguiendo las ideas de John Kabat-Zin, uno de los científicos más reputados en este área. A pesar de ser un movimiento relativamente nuevo en Europa, que ha ido creciendo lentamente desde los años 60, el mindfulness ha estado presente en muchas culturas del mundo desde hace al menos 3000 años.
Cuando Siddharta Gautama, el “Buda”, nació en India en el siglo IV a.C., los yoguis ya llevaban siglos practicando sus técnicas de respiración y meditación. En China, por otra parte, el mindfulness se ha explorado a través de las artes marciales y el tai chi, mientras que en Tibet se le ha dado mucha importancia a los cánticos y diversas disciplinas artísticas. En Japón el mindfulness tomó la forma del Zen, una técnica de meditación prístina y muy estructurada. Incluso en Europa, el mindfulness ha estado también presente en la tradición cristiana en algunas órdenes religiosas, como los seguidores de San Juan de la Cruz durante la Edad Media española.
Sin embargo, el mindfulness actual en Europa no depende en exclusiva de ninguna filosofía y religión, y la psicología y la neurociencia han demostrado como las técnicas de mindfulness pueden reducir de forma significativa nuestro malestar emocional, aumentar nuestra auto-conciencia y nuestra creatividad, y fomentar capacidades como la compasión. Los estudios neurocientíficos de Richard Davidson y David Lutz en la Universidad de Wisconsin llevan años sorprendiendo a la comunidad científica, y siguiendo las ideas y estudios de John Kabat-Zin los psicólogos llevan décadas utilizando el mindfulness para tratar problemáticas como la ansiedad, el estrés y la depresión.